Psicología Sanitaria

En alguna ocasión todos nos hemos sentido tristes, abatidos, desanimados. También hemos sufrido miedos o preocupaciones ante ciertas situaciones que creemos no saber controlar. En otros casos, nos hemos visto superados por situaciones a las que debemos adaptarnos pero no sabemos cómo. Y constantemente nos enfrentamos a conflictos, tanto personales como relacionales, que nos bloquean y pensamos que no somos capaces de solucionarlos.

Todas estos pensamietos y sentimientos son normales. Las emociones son buenas, tanto si son positivas o negativas, porque son naturales, forman parte de nuestra idiosincrasia.

 ¿Pero cómo sabemos cuándo debemos acudir a un psicólogo?

En el momento en el que nos encontramos atrapados en un círculo del que no nos vemos capaces de salir. Cuando nos encontramos ante situaciones que no nos permiten disfrutar, trabajar, relacionarnos o setirnos bien con nosotros mismos. Si te sientes así entonces es el momento de buscar recursos que posibiliten el camino hacia una vida plena de bienestar.

Aquellos pensamientos, sentimientos y comportamientos que no permiten avanzar en el día a día pueden ser evaluados y tratados para redirigirlos hacia una forma de vida más adaptativa.

Sin embargo, también podemos acudir si lo que queremos es fortalecer algún aspecto en concreto, como por ejemplo las habilidades comunicativas, el autoconocimiento o insight, o el método de estudio.

 Trabajamos diferentes aspectos:

Ansiedad: sentimientos de miedo, preocupaciones, culpabilidad.

Depresión: tristeza, melancolía, incapacidad para disfrutar, abatimiento.

Estrés: dificultad para adaptarse a situaciones nuevas en el trabajo, en una nueva ciudad, ante una nueva circunstancia, etc.

Duelos: pérdidas de seres queridos por fallecimiento, distanciamiento, etc.

Habilidades sociales: ante la sencación de no saber enfrentarse ante determinadas situaciones públicas o relaciones sociales existen diferentes técnicas que pueden ayudarte a que adquiras mejores hablidades sociales

Terapia de pareja: conflictos, pérdida de satisfacción respecto a la vida en pareja, problemas de comunicación, etc.

 

Si crees que tu problemática no está reflejada aquí, no te preocupes, seguramente hay posibilidad de que recibas orientación al respecto.